Luis es el autor de las hermosas pinturas que observamos a continuación
Cnel, Basilio Garcia
El Libertador. Simon Bolivar
Agustin Agualongo
CUANDO EL ENEMIGO HUÍA,
SE OYÓ:
VIVA COLOMBIA
VIVA LA
LIBERTAD
BATALLA DE BOMBONA
Después de la batalla de Carabobo, Simón Bolívar emprendió la Campaña del Sur con el objetivo de Dominar Pasto y conquistar Quito. Para lograrlo dividió las tropas enviando a Sucre al Ecuador y él marchó desde Popayán con 2.400 sobre Pasto, aunque sabía que “Pasto era un sepulcro nato para todas nuestras tropas”, ya que todos los afamados héroes que alguna vez se atrevieron a atacar a Pasto, fueron derrotados en el intento, muchos de ellos fusilados, otros huyeron e incluso el Precursor Antonio Nariño que fue apresado y enviado a España.
Un teniente Álvarez, patriota que quedó rezagado de sus tropas en una campaña anterior, estuvo varios meses disfrazado de fraile e informó a Bolívar sobre las fuerzas y defensas de los realistas en Pasto y le recomendó no atacar, más bien evitar a Pasto y seguir hacia Quito para apoyar a Sucre. Por eso el ejército republicano tomó el Camino de los Ingenios, un callejón sin salida que pasaba por Chagüarbamba (Nariño), Mombuco (La Florida), Sandoná, Consacá, Bomboná y Yacuanquer. El 6 de abril pernoctaron en Consacá, mientras que las fuerzas realistas de 1.200 hombres, de los cuales 750 pertenecían a las Milicias de Pasto y bajo el mando del coronel Basilio García, dieron la vuelta por Yacuanquer y en el cañón sur del rio Cariaco se atrincheraron y parapetaron, esperando a Bolívar.
historia del 7 de abril El 7 de abril de 1822 hacia las 3 de la tarde se inició la batalla de Bomboná, la más sangrienta de todas las libradas en la época de la Independencia.
Bolívar dirigió la batalla desde lejos, situándose a prudente distancia, cerca de la actual Piedra de Bolívar y aun sabiendo que la posición era formidable dijo: “no debemos permanecer aquí, ni podemos retroceder. Tenemos que vencer y venceremos”, ordenando a sus tropas, descender hacia el puente de terraplén sobre el río Cariaco para atacar a las fuerzas pastusas. Bolívar, al ver como sus tropas entraban al zanjón dijo "¡Qué bien, qué bien entra mi gente!” y un oficial que estaba a su lado le replicó con un deje de pesimismo: "Si, Mi General, ¡pero no sale!
Y ese oficial tenía la razón, porque en los primeros 30 minutos de combate, los batallones Bogotá, Vargas y escuadrones de Guías, a mando del general Pedro León Torres, fueron masacrados y reducidos a la mitad bajo el fuego de metralla de los realistas que desde posiciones tan ventajosas disparaban sobre seguro y los cañones, según don Basilio, "causaron el destrozo más sangriento, que los sensibles desmayaban ver los cadáveres unos sobre otros”. Todos los oficiales fueron saliendo de combate, heridos o muertos y los de menor graduación ocuparon sus puestos
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